Las
fuentes históricas de Armilla son oscuras y poco precisas. Sabemos
que ya existía como villa antes de la ocupación romana,
aunque los primeros vestigios que se poseen son árabes.
La verdadera historia de Armilla comienza a conocerse en la época
de la dominación árabe.
Es en esta etapa cuando el municipio empieza a florecer económicamente.
Se perfecciona el sistema de regadío con las acequias y trazados
de riego de la Vega. Armilla fue denominada Armillat al-Aflum o Armilla
del Rio durante los años de califato y juega un papel destacado
dentro del Reino de Granada. Era tierra de paso de los mercaderes e industriales
de la seda hacia la costa así como zona rica en cultivos ya que
la buena tierra de labor y regadío hacía que germinaran
frutos de calidad superior para la época.
Durante los siglos XI, XII y XIII el reino de Granada surtía a
los cristianos de todos los enseres que de la seda se derivaban. Fue en
las postrimerías del siglo XV cuando la industria de la seda cobró
un gran desarrrollo con lo que se llamó la industria del velo.
Los artesanos armillenses tejían primorosamente sus sedas.
La prosperidad que esta industria ofrecía fué truncada por
la Reconquista, tras la cual se sucedieron las batallas entre moriscos
y castellanos. Estos hechos dejaron despoblada la localidad de Armilla
y sus campos yermos.
Hacia el año 1574 Armilla comenzó a repoblarse con familias
de castellanos viejos a los que se puede considerar como los fundadores
de la actual población.
Hoy, Armilla, es un municipio moderno cuya cercanía a la capital
de la provincia de Granada propicia el que sea una zona residencial y
contar con una población censada de unos 13.000 habitantes.
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